Un Mundo Compartido Por Dos

Un mundo compartido se convierte en dos que tienen que curarse por su cuenta. Es duro, los sentimientos se vuelven contradictorios y se interponen. Y esos dos mundos que antes formaban uno solo, un todo, se van rompiendo poco a poco, porque no quieren que acabe todo, porque necesitan del otro para seguir adelante, es mucho lo que han construido juntos como para dejarlo marchar. Pero se sienten confusos, no saben qué hacer, ni qué decir, ni por dónde empezar. Y mientras no hacen nada esa destrucción que los separa no se detiene. Hay mucho dolor por medio. Por mucho que quieren evitarlo ambos empiezan a rendirse, tal vez porque ya no pueden más, tal vez porque no saben cómo parar esa destrucción, tal vez porque duele demasiado, tal vez porque ya está perdido, o tal vez porque piensan que ya no hay nada que salvar...

Ninguno puede saber lo que piensa el otro, pero aún no están separados, mientras al menos uno de ellos crea que pueden volver a formar uno solo, no todo estará perdido, mientras uno esté dispuesto a luchar... Pero no puede hacerlo solo, tienen que hacerlo juntos, por igual, volverán a ser un mundo compartido por dos, deben serlo, pues sino serían dos mundos rotos, y un mundo roto no es nada, salvo una nota al margen de una historia que unos pocos recordarán.